Científicas y científicos plantearon que es necesario reforzar las acciones para proteger esta área de enorme biodiversidad en la Región de Coquimbo. Animales como pingüinos, ballenas, chungungos, guanacos, loros tricahue y especies de flora amenazada, como guayacanes, lucumillos y papayos, podrían verse afectados por la instalación de la minera y el megapuerto. Los investigadores esperan que la judicialización de Dominga permita revocar este proyecto y ser favorable para la conservación de los ecosistemas que incluyen el área de intervención y sus zonas aledañas.
Hace algunos días la comunidad científica y medioambiental fue alertada por el fallo del Tribunal Ambiental de Antofagasta, en favor del polémico Proyecto Dominga. Esta resolución no implica la aprobación inmediata del proyecto, pero sí una nueva votación de la Comisión de Evaluación Ambiental (Coeva) de Coquimbo. La larga tramitación, mantiene expectante a la comunidad ante la posible construcción de una gigantesca mina de hierro, un megapuerto y una planta desaladora, todo frente al Archipiélago de Humboldt, ubicado en la comuna de La Higuera, Región de Coquimbo.
Desde ahí se estima que se extraerían alrededor de 12 millones de toneladas anuales de hierro, que serían transportadas al mercado asiático, a través de barcos que zarparían del megapuerto unas tres o cuatros veces al mes.
Esta enorme infraestructura se instalaría en el territorio de alimentación de especies que habitan en las reservas biológicas cercanas. Todo esto a 35 kilómetros de una de las zonas que concentra la mayor biodiversidad marina del mundo y que se encuentra protegida, por la Reserva Nacional Pingüino de Humboldt y las Reservas Marinas Isla Chañaral e Islas Choros y Damas.
Crédito: Carolina Todorovic
Ante este fallo que podría poner en peligro al ecosistema de la zona y las fuentes sustentables de trabajo que allí se desarrollan, la Alianza Humboldt anunció que acudirá a la Corte Suprema para revertir la resolución.
La incertidumbre respecto al futuro de este territorio, también generó alarma entre los científicos y científicas del Instituto de Ecología y Biodiversidad (IEB). El actual presidente de la institución y académico de la Universidad de La Serena, Francisco Squeo, se refirió a los posibles impactos a nivel marino y terrestre y a la necesidad de seguir avanzando en la protección de áreas de gran biodiversidad en nuestro país.
“La suma de impactos que tendría Dominga es tan grande, que es difícil que esta pueda cumplir con el objetivo de ser un proyecto ambientalmente amigable. El estudio tiene muchas deficiencias. Hay aseveraciones que no están probadas. Una de ellas tiene que ver con las rutas de navegación de las ballenas y otros impactos sobre cetáceos, poblaciones de pingüinos de Humboldt y chungungos, en cercanías de Choros-Damas. También hay otras islas más cercanas con gran biodiversidad. El proyecto no da cuenta de los riesgos sobre esas poblaciones específicas y eso es una gran falta de rigurosidad”, aseveró Squeo.
De hecho, entidades como Conaf y Oceana han emitido informes durante el largo proceso de evaluación de Dominga, argumentando deficiencias en la consideración de los posibles impactos y en las propuestas de mitigación y restauración.
Respecto al impacto en ecosistemas terrestres, Squeo señaló que esto no ha sido realmente visualizado en los estudios de impacto ambiental y advirtió que podrían generarse alteraciones en comunidades de flora y fauna en la comuna de La Higuera.
“En un sector cercano a la carretera de acceso a Punta de Choros, donde se encontraría parte del proyecto Dominga, habría una gran área de extracción minera. Y es allí también donde se encuentran manadas de guanacos costeros, genéticamente diferenciados de las poblaciones andinas, y cuyo ámbito de hogar es muy restringido. Eso pudimos comprobarlo a través de estudios y nos preocupa lo que podría suceder con ellos. Por otro lado, nos alerta lo que podría pasar con la flora del entorno. La superficie que ocuparía Dominga es muy grande y en ella están las poblaciones más nortinas de guayacanes, arbolitos endémicos que podrían quedar totalmente tapados por los relaves. Estos individuos, que son más longevos que la República de Chile, se establecieron cuando había mucha más agua en la región y ahora son sobrevivientes”, explicó el investigador del IEB.
Andrea Loayza, científica del IEB y académica de la Universidad de La Serena, también se refirió a los potenciales daños al ecosistema. La investigadora señaló que en la zona del proyecto existen especies de flora endémica como lucumillos y papayos, que podrían verse muy perjudicados.
“Como estrategia mitigadora, se proponía trasplantar a algunos individuos de estas especies para asegurar un porcentaje de sobrevivencia, pero la verdad es que no hay ningún estudio que asegure que sobrevivan al trasplante”, agregó.
Poblaciones de loros tricahue también habitan estos sectores, pero tampoco se han propuesto alternativas para protegerlos adecuadamente, dijo Squeo.
“Una de las alternativas que se mencionó en el Proyecto Dominga, es tapar sus cuevas para que los loros migren a otros lugares. Sin embargo, esta medida parece bastante brutal, considerando que esta es una especie amenazada”, argumentó el investigador.
Respecto al entorno marino, Andrea Loayza añadió que existe gran preocupación por las especies que habitan en Isla Choros. Si bien el proyecto plantea que solo se impactarían dos islotes cercanos, la científica dijo que las corrientes marinas van de sur a norte, lo que sin duda tendría impacto en las comunidades de Pingüinos de Humboldt que viven y nidifican en las cercanías. Uno de los problemas es que se vería afectada su alimentación.
Protección de áreas
“Creemos que es fundamental compatibilizar el desarrollo del país con la conservación. Por eso, uno de nuestros focos de investigación es identificar Áreas de Alto Valor para la Conservación y los servicios que genera la biodiversidad para el bienestar de la población humana actual y futura, además de los valores intrínsecos de la biodiversidad y el derecho a existir de la misma, aspectos que también esperamos queden plasmados en la nueva Constitución”, afirmó Squeo.
En este contexto, el ecólogo explicó que, junto a un equipo de científicos, ya han logrado identificar cuatro zonas claves en la ecorregión marina de Chile central (maritorio chileno desde Taltal hasta Valparaíso), siendo una de ellas el Archipiélago de Humboldt, frente a la Islas Choros-Damas. En este archipiélago, Áreas de Alto Valor para la Conservación, ocurre un fenómeno oceanográfico de gran relevancia, que permite el movimiento de masas de agua profundas, frías y ricas en nutrientes, que suben a la superficie, fertilizándolas. Esto, a su vez, permite atraer a una gran cantidad de especies que llegan hasta el lugar para alimentarse.
Crédito: Andrea Loayza
Considerando dicho escenario, el turismo sustentable que se desarrolla en este territorio y actividades como la pesca artesanal, son otros aspectos que preocupan, según estima el investigador. En el caso de La Reserva Nacional Pingüino de Humboldt, zona que abarca 859 hectáreas, además de cobijar a una enrome diversidad de especies, representa un gran atractivo turístico que cada año recibe a unos 60 mil visitantes de Chile y el extranjero, impulsando con ello la economía local y regional.
“¿Qué va a pasar con toda la gente que está llevando el negocio del turismo de intereses especiales, ahí en la comuna de La Higuera? Sin duda, también se verán muy afectados”, advirtió Squeo.
Para asegurar estas instancias de conservación y ayudar al cumplimiento de metas globales de protección de la biodiversidad, el científico estimó fundamental que se pueda por fin aprobar la creación del Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas para Chile (SBAP).
Los investigadores del IEB esperan que la judicialización de Dominga permita revocar este proyecto y ser favorable para la conservación de los ecosistemas que incluyen el área de intervención y sus zonas aledañas.
Via @ElMostrador