La Corte Suprema confirmó la sentencia que garantiza el libre acceso a la playa de Topocalma, cerrando una batalla legal de más de 4 años.
De esta forma el recurso de protección interpuesto por la Agrícola Topocalma, del empresario Jorge Gálmez, que mueve un proyecto inmobiliario en la playa de Puertecillo y cuyo desarrollo implicó el cierre al acceso público a la playa.
Son ya 4 años de reclamos del Sindicato de Pescadores de Topocalma, la Federación de Sindicatos de Pescadores Artesanales de la Región de O’Higgins y agrupaciones de surfistas, que se oponen al proyecto que en sus inicios les restringió su acceso al mar, puesto que para acceder a él los obligaba a ingresar por la playa de Puertecillo.
Las agrupaciones representadas por los abogado Nancy Yáñez y Jaime Madariaga, celebraron el fallo ya que podrán continuar realizando sus labores de pesca artesanal, la práctica deportiva y aquellas relacionadas al turismo en esta playa.
Para Madariaga, la sentencia “se traduce en que las playas de mar no solo en el texto de la ley sino en la realidad, no son privadas”.
Topocalma está ubicada a 40 minutos de Pichilemu y depende de la comuna de Litueche. Sus principales usuarios son pescadores artesanales, surfistas y comunidades locales.
Esta zona costera concentra un ecosistema costero marino único, conformado por un Humedal que ha sido declarado sitio prioritario de conservación de la biodiversidad por el Ministerio de Medio Ambiente.
Sin embargo, su protección se podría ver amenazada por las extracciones de agua para beneficiar la construcción de proyectos inmobiliarios, como los ejecutados en la zona norte. Asimismo, la zona cuenta con las condiciones para surf y windsurf.
En esa línea, la Fundación Rompientes, en conjunto con las comunidades locales y asesorados por el Marine Conservation Institute de California, están trabajando en un modelo de gestión sostenible e integrada del borde costero de la región.
“Este modelo busca gestionar de forma sostenible los espacios costeros marinos en los que confluyen pescadores artesanales y olas aptas para la práctica deportiva, propender a garantizar los accesos a las playas, y dar garantías de protección a los humedales costeros. El objetivo es conservar las rompientes aptas para la práctica deportiva, a través de sus usos sostenibles, por medio de un proyecto de Ley que así lo garantice”, explicó la Fundación Rompientes.