En Mehuín con solo mojarte los tobillos puedes encontrar piures, erizos y locos. Si se llega a construir el ducto muchas de estas especies desaparecerán, y junto con ellas, el turismo y la pesca artesanal: el sustento de toda una comunidad.
A 77 kilómetros de Valdivia se encuentra Mehuín, una caleta pesquera en la comuna de Mariquina, un lugar que impresiona con su geografía e imponentes paisajes, mezcla de selva valdiviana y de la costa sur, en plena región de Los Ríos. Este lugar esconde entre sus parajes un tesoro natural incalculable de flora y fauna marina que es aprovechada de forma sustentable por sus lugareños a través de actividades como la pesca artesanal, el buceo y actividades como el surf y el ecoturismo.
Por más de dos décadas este paraíso natural al sur de Chile ha estado amenazado por la industria forestal. Celulosa Arauco ha intentado en múltiples ocasiones construir un ducto para llevar sus residuos industriales líquidos (RILes) hasta la caleta, con el fin de aumentar su producción. Sin embargo, los vecinos de la caleta y alrededores no han dado tregua en estos más de 20 años. Geovanny Castro – alias: Geo Mehuín – es surfista y activista de la zona, integra la agrupación deportiva Newen Lafken, una escuela de surf que pudo ser conformada en la zona gracias a la Fundación GiveSurf, y que con el paso de los años ha podido impulsar este deporte en la zona y dar fuerza al movimiento contra el ducto.
“Nosotros estamos tratando de potenciar el tema del surf como una de las alternativas de desarrollo para la localidad. El tema del ducto nace porque, básicamente, si llega al mar, va a matar todo anhelo de desarrollo sustentable que podría permitir que la comunidad crezca y viva a través del turismo”, asegura Geo.
De esta forma si se llegara a construir, no sólo desaparecerían especies como peces y mariscos que dan sustento a la actividad pesquera de la comuna de Mariquina, sino, también afectaría a los turistas que llegan a Mehuín a disfrutar del mar. Geo cuenta que “hay un sinfín de especies que habitan ahí. En Mehuín puedes mojarte los tobillos y encontrar piures, erizos o locos”.
¿Será el fin de la biodiversidad de Mehuín si llega a concretarse este proyecto? Las evidencias al respecto demuestran que este tipo de ductos son nocivos tanto por la toxicidad de sus residuos como por el incremento en la temperatura de las aguas, pudiendo desestabilizar ecosistemas. Recordemos que en la misma zona, hace poco más de una década (2004), decenas de cisnes de cuello negro murieron en pleno Santuario de la Naturaleza, en el humedal río Las Cruces, por acción directa de la industria forestal en la zona.
El impacto en el desarrollo local
Geo también agrega que la construcción y operación de un ducto de este tipo “generaría un impacto bastante, bastante negativo con relación al desarrollo social y económico de la comunidad, puesto que la gente que vive en Mehuín vive en torno al mar y es la única actividad que han desarrollado y que nosotros también hemos desarrollado desde hace mucho tiempo. Entonces que venga este proyecto a instalarse en la comuna de Mariquina, en la costa de Mehuín, perjudicaría considerablemente el quehacer de las personas, matando la calidad de vida de la gente. Por otro lado también hay un liceo que tiene por especialidad la acuicultura, educando a niños y jóvenes en ese ámbito laboral y resulta que por otro lado llega este proyecto y quiere cortarle las manos y posibilidades de trabajo a la gente. Eso significa que la industria forestal no es compatible con el turismo y la pesca artesanal”.
Las artimañas de la industria para destruir la comunidad
La empresa del grupo Angelini por años ha buscado la forma de poder permear a la comunidad con el ducto frente al fuerte rechazo por parte de los locales. “Hace un Celulosa Arauco entregó unos incentivos económicos a cambio de que las personas no se manifestaran en contra del proyecto. Hubo varios enfrentamientos entre personas y grupos que habían recibido dineros. Este tipo de estrategia que utilizan las grandes empresas a nivel país son recurrentes: Debilitar los movimientos sociales, rompiendo el tejido social de la comunidad, logrando finalmente entrar para desarrollar estos proyectos que no tienen pies ni cabeza”.
Red de conservación y protección de terrenos ancestrales
Además de contar con una biodiversidad reconocida por conservacionistas y turistas con interés en la búsqueda de nuevas propuestas de ecoturismo, la zona de Mehuín cuenta con una sólida comunidad mapuche-lafkenche que ha resistido la llegada del ducto a través de leyes que protegen territorios de pueblos originarios. En este sentido, tanto la comunidad de pescadores, comunidades indígenas y emprendedores turísticos, se han aliado para contener la realización del proyecto a través de acciones legales amparadas en la protección del borde costero.