El oído de surfista se desarrolla lentamente. Después de muchos años de surfear en aguas frescas y clima frío, el cuerpo humano comete la estupidez de obturar tus canales auditivos para proteger al tímpano de las inclemencias, pero provoca riesgo de infecciones y sordera. La longboarder Julie Cox ha sufrido este problema y acaba de recuperarse de una operación en la que se lima este hueso que ha crecido indebidamente.
En su blog explica claramente en qué consiste este problema.
“Llevo un par de semanas sin meterme al agua para recuperarme de una operación de oído de surfista. Ojalá el hacer surf me hubiese facilitado unos poderes especiales para calcular la velocidad de las olas y las buenas condiciones. Pero no, en lugar de haber desarrollado agallas o membranas interdigitales como los patos, resulta que me ha dejado oído de surfista.
El oído de surfista, o exostosis del canal auditivo externo, es un crecimiento anormal del hueso del canal del oído causado por la repetida exposición al agua y viento fríos. El hueso crece para proteger al tímpano, pero el canal se estrecha y se bloquea más fácilmente con el agua que entra y la cera (¡asqueroso!) Este crecimiento ocurre muy lentamente, a lo largo de muchos años, y puede ralentizarse llevando tapones o capucha de neopreno cuando se surfea.
Básicamente, mi oído estaba intentando protegerse y evitando que el agua y el viento fríos entraran. Tenía que haber llevado tapones en los oídos todas las veces, especialmente en esas sesiones vespertinas en Pleasure Point.
La cirugía fue indolora gracias al doctor Douglas Hetzler de Santa Cruz. Gracias a él puedo oír mejor y mi vida ha retomado casi la normalidad. Dentro de pocos días vuelvo a meterme al agua.”