El director del establecimiento explica cómo nació esta iniciativa, las principales barreras para practicar este deporte y de cómo todo la comunidad escolar se ha ido involucrando en este nuevo taller.
En abril de 2015 y como iniciativa del nuevo profesor de educación física, Ítalo Morales, conocedor y practicante de este deporte, impulsó la creación de un taller de surf para los alumnos de la Escuela de Cáhuil. Según explica el director del establecimiento, Patricio Muena, la iniciativa del nuevo profesor motivó a concretar las primeras conversaciones con el dueño de la Escuela de Surf Infiernillo, Rodrigo “Negro” Arriagada, “quien inmediatamente sintonizó con nuestra iniciativa”, comenta Muena.
Actualmente el taller está dirigido a todos los estudiantes, desde primero a octavo básico, de todas las edades. No es competitivo, más bien recreativo e inductivo. Los alumnos asisten acompañados de sus padres.
“Ha sido tan concurrido que hasta los profesores y profesoras se han motivado en participar”, señala el director de la Escuela de Cáhuil, Patricio Muena, quien destaca la inquietud por “ampliar la cobertura de deportes más allá de los tradicionales, como el fútbol y el básquetbol”.
De la misma forma, el director de la Escuela de Cáhuil asegura que esta incursión por el surf nace como parte del proyecto educativo, “el cual nos invita a poder aprovechar nuestro entorno natural para la promoción de los deportes y la vida sana. Dentro de los objetivos está el poder entregarle a nuestros estudiantes nuevas alternativas e involucrar a los estudiantes con el deporte que le da identidad a la comuna y promover entre nuestros niños que en algunas oportunidades no lo pueden practicar, ya que es un deporte donde se necesitan recursos económicos para poder practicarlo”.
El taller se realiza semana por medio en el sector La Puntilla (playa principal de Pichilemu). “Nuestro amigo Rodrigo nos facilita gratuitamente toda su infraestructura, buena disposición y compromiso. En su escuela nuestros niños ya se sienten como si estuvieran en la nuestra. Nos falta palabras para describir el compromiso y apoyo totalmente desinteresado del “Negro” con nosotros, lo que habla de su compromiso social con el deporte y su masificación”.
En el año de funcionamiento los alumnos y alumnas participantes ya han mostrado un avance en el deporte y “cada vez más están perdiendo el miedo a la ola”, cuenta Patricio, asegurando que “si alguno de ellos es el próximo campeón será porque en nuestra escuela lo conoció y no le negamos esa posibilidad. No dudaremos en apoyarlos a ser campeones”.Paralelamente, la Escuela de Cáhuil impulsa un taller de káyak a partir de este mes en la laguna Cáhuil, también como parte de su compromiso de acercar a sus estudiantes a deportes que integren la naturaleza y que sean practicados en la zona.
“Pensamos que el surf es muy importante para Pichilemu, por lo mismo creemos que siempre es positivo que se le dé mayor realce al desarrollo del deporte, es difícil hablar desde una posición de escuela si le falta o le sobra algo, pero si de algo estamos seguros es que mientas más cercano este a los niños, el deporte será más masivo y mayor desarrollo tendrá en nuestra comunidad, lamentablemente es un deporte muy caro como lo señalábamos antes y es ahí donde se crean las mayores barreras para los niños que puedan tener el talento. Hay ganas, pero muchas veces los recursos no están”, subraya Patricio Muena, agradeciendo al apoyo de la Ilustre Municipalidad de Pichilemu, al alcalde Roberto Córdova, al jefe del DAEM y especialmente a los apoderados que apoyan este taller.
Texto: Kurt Castro
Fotos: Kote Rodríguez