De los 15.000 millones de cigarros que se consumen diariamente en el mundo, el 70 % termina como desperdicio en las calles, lo que genera que más del 40% de los objetos recolectados en actividades de limpieza costera y urbana sean colillas de cigarro. Teniendo esto en cuenta, un grupo de investigadores de la PUCV ha logrado reciclar colillas de cigarrillo para transformarlas en artículos como lámparas, artefactos de jardín y posavasos.

Chile es el país de Latinoamérica con mayor consumo de cigarrillos. Las colillas que encontramos tiradas por todos lados contienen en ellas más de 7mil químicos contaminantes para el ecosistema. En base a ello el proyecto IMEKO, ahora registrado como empresa, surge para dar un reuso a esos desechos y transformarlos en productos de uso diario: “Donde muchos ven simple basura, nosotros vemos una materia prima. Hemos logrado revalorizar este residuo, recuperando acetato de celulosa, un material altamente valorado en el mercado” señalan sus fundadores, un grupo de investigadores de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso.

“El objetivo de IMEKO es crear una nueva industria de reciclaje a nivel nacional, y mundial. Hasta el momento no se sabe que las colillas de cigarro pueden ser recicladas. Sin embargo, con el proceso que hemos desarrollado, eso ahora es posible. Con esto buscamos contribuir en la disminución de la excesiva cantidad de colillas de cigarro que existen en las calles, y con esto mitigar los efectos contaminantes que este residuo provoca al medio ambiente”.

A través de un proceso que, más que de reciclaje, sería de “upcycling” – dar un nuevo uso o valor a un residuo – Imeko ha desarrollado una técnica para reutilizar 70% de los compuestos de una colilla de cigarro cualquiera.

Instalando recolectores en la vía pública, especialmente en zonas costeras y con la colaboración de algunos locales en Villa Alemana, Valparaíso y Viña del Mar, los investigadores obtienen las colillas de cigarro para luego hacerlas pasar por un proceso de lavado en el que se eliminan los componentes tóxicos y se dispone de la materia prima para su transformación, resultando un compuesto con características plásticas que pasa a ser transformado en producto.

“La primera línea en la que estamos trabajando, se enmarca dentro del mundo del “Eco Design”. Lo que hacemos es diseñar y fabricar objetos que tienen una larga vida útil, como posavasos, ceniceros, lámparas, artículos de escritorio y jardinería, entre otros. Estamos trabajando fuertemente en esta etapa, por lo que esperamos hacer el lanzamiento de nuestros primeros productos a la venta a fines de agosto”, relatan en un comunicado de prensa.

Para la fabricación de un set de 6 posavasos, por ejemplo, se requieren alrededor de 300 colillas de cigarro, es decir, 300 colillas que salen del medio ambiente para evitar que lleguen al mar y continúen causando estragos.