Corría el invierno del año 1970, cuando aparece en Pichilemu un americano, desgarbado, pelucón, barbón y con un extraño “artefacto”, que resultó ser una tabla de Surf. Estuvo varios meses pagando pensión en una casa particular, ubicada a unas diez cuadras de la playa principal. Durante todo ese tiempo y a diversas horas, según el día, se le veía a veces temprano por la mañana o al atardecer. Muchos de aquellos pichileminos nunca pudieron saber exactamente de qué se trataba y para qué servía aquel “artefacto”; excepto los pescadores -con los cuales compartió muchas horas- que le vieron y admiraron, parte de lo que arriba de la tabla podía hacer aquel gringo “aperrado” y capaz de soportar, sin traje especial, las temperaturas del agua que, incluso en verano, son heladas. De hecho, nadie hace surf sin un adecuado traje de agua (weitsuits).
Pasan casi quince años (durante el año 1984) cuando llega un grupo de chilenos aventureros, de similar aspecto al americano. Barbones, pelo largo, algunos de barba y, además, acompañados de “artefactos” de múltiples colores. El grupo lo lideraba el mayor, el deportista Alvaro Abarca Rocabado, uno de los pioneros del surf en Chile; acompañado por los hermanos Miguel y Cristián Mandry y Patrick Irarrázaval, un chileno que había vivido algunos años en California y obviamente un fanático del surf.
Es este grupo de chilenos el que se encarga de difundir en un primer momento las especiales condiciones y características de las olas de Pichilemu, las que según su opinión y el lugar, “era como haber descubierto el PARAÍSO del SURF en Chile”. Ello en mérito de conocer y haber recorrido prácticamente toda la costa norte y central del país, hasta llegar a Pichilemu, en la Sexta Región y a escasos 265 kilómetros de Santiago, capital de Chile. Alvaro y esporádicamente los demás, se quedan por tres o cuatro años, tiempo que emplea para disfrutar de su deporte favorito y a escribir a revistas especializadas como GEO (Alemania), Surf Report (americana) y otras. Bastó eso para que empezaran a llegar deportistas americanos, ingleses, franceses, brasileños, argentinos, australianos, sudafricanos, entre muchas otras nacionalidades; todo lo cual hasta hoy sigue incrementándose. A tal extremo llega la fascinación con los lugares que dispone Pichilemu para la práctica del Surf: La Puntilla, Infiernillo y Punta de Lobos, que son varios los que se radican. Por ejemplo, Joseph Mc Croskey (californiano) junto a su esposa Tamara y su pequeña Alegría. E incluso, tienen más tarde un hijo chileno al que bautizan Cillas. Luego aparece Gregg Randolph Henderson quien compra un terreno privilegiado por la vista de kilómetros de costa (Punta de Lobos, por el sur, y hasta Topocalma, por el norte: casi 75 kilómetros). Ahí construye una hermosa casa en el Cerro La Cruz, lugar donde aun reside. Muchos más lo han imitado. Llega el francés Jean Robert Pistone, instructor de Sky y Surf, quien en invierno trabaja en un centro invernal para luego enseñar surf en su escuela de Punta de Lobos, lugar que compra ante la envidia de muchos. Lejos el lugar más maravilloso de la costa pichilemina. Ahí están las rocas de Punta de Lobos y la ola izquierda más larga y perfecta de la costa chilena, según los expertos.
Pero, volvamos atrás. Alvaro Abarca que es un hombre con un tremendo deportivo, no se queda tranquilo en Pichilemu. El año ’85 organiza una Exhibición de Surf al que llegan casi una veintena de deportistas invitados, convocados de “boca a boca”, sin publicidad de ningún tipo. ¡¡Un éxito total!! Eso da pie para organizar el Primer Campeonato Nacional Abierto de Surf del país, el que se realiza el verano de 1986, coronándose campeón el iquiqueño Ricardo Thompson; campeonato que vuelve a realizarse el año 1987, título que obtiene el santiagüino Claudio Izzo.
Posteriormente, sucede el “pago de Pichilemu” para Alvaro Abarca y éste decide emigrar tras el escaso apoyo de las autoridades comunales de la época, pese a que Alvaro requería escasas condiciones. Las mínimas, para junto a dedicarse a organizar campeonatos y enseñar surf a la juventud pichilemina, contar con el mítico “Rincón” -en el sector de La Terraza- para vivir y trabajar aquel local comercial. Pese a lo anterior, Alvaro ya había sembrado la semilla …
Producto de ello Pichilemu es considerado uno de los mejores lugares de Chile para la práctica del Surf. Y uno de los mejores lugares en el mundo. Así lo destacan decenas de revistas especializadas.
Club de Amigos del Surf
Pasan tres años y algunos deportistas: surfistas pichileminos, deciden pedir apoyo a otros jóvenes pichileminos, más adultos que ellos, para organizar un Campeonato local. Felizmente encuentran el apoyo y juntos acuerdan fundar una agrupación que se bautiza como Club de Amigos del Surf, donde la mayoría no sabía nada de surf o muy poco. Sin embargo, la voluntad era ayudar a los más jóvenes y, de paso, a través del surf lograr atraer turistas en época de invierno.
Aquellos jóvenes, que ya son parte –también- de la historia de este deporte aquí, son: Manuel Celis González, Eduardo Saldías González, Carlos Saldías Farías, Iván Reyes Carreño, Pablo Isbej Galaz, Julio Cordero Pérez, Nicolás Rojas Romero, Jorge Nasser Guerra, Patricio Herrera Silva, Washington Saldías González. De ese grupo, no más de tres o cuatro eran surfistas locales. Los demás, eran pichileminos que querían apoyar, colaborar en la organización de un campeonato. Como otros (as) pichileminos (as) que se sumaron también, más tarde.
No obstante, la idea de hacer un campeonato local cambia a uno de carácter nacional y a poco andar toma fuerza la posibilidad de hacerlo internacional, puesto que el interés en ese sentido se manifiesta y se acoge. Todo lo cual implica, sobre la marcha, modificar los textos del afiche promocional que ya estaba en etapa de producción; convocándose finalmente al Primer Campeonato Internacional de Surf y Bodyboard, durante los días 14, 15 y 16 de septiembre de 1990. La difusión que alcanza el torneo nacional, inédito en esa especialidad, logra una gran acogida en la mayoría de los medios de comunicación: televisión, radio y medios escritos, lo que convoca no sólo a los propios deportistas, sino que a una gran concurrencia de turistas, tanto adultos como jóvenes, copando la capacidad de hospedaje y establecimientos de alimentación, con un éxito sin precedente y en una época inusual.
El torneo en sí, resulta casi cero faltas. Concurren cerca de un centenar de deportistas nacionales y cerca de una decena de extranjeros, representantes de Argentina, Perú, Brasil y Estados Unidos, llevándose ellos los títulos en categoría expertos. Es así, como en Surf se titula como campeón el brasileño Roni Ronaldo, y en Body-board, su compatriota Alex De Pontes. Este mismo torneo se repite por cinco años consecutivos. Roberto Meza, de Perú y su compatriota José “Titi” De Col; y Santiago Di Pace, de Argentina, se inscriben como los siguientes campeones.
Posteriormente, se han seguido organizando otros torneos de diferentes características y nivel ….. No obstante a ello, la tarea estaba lista. Pichilemu se consolida como la mejor plaza y se hace conocido mundialmente; hecho que en forma periódica es reconocido en revistas especializadas, con reportajes a todo color.
Hoy en día, y durante todos los días del año, Pichilemu es visitado por deportistas de distintas nacionalidades, muchos de los cuales permanecen por semanas e incluso por meses, con breves excursiones a otros puntos de la costa, como Puertecillo, a 65 kilómetros al norte, pero dentro de la provincia Cardenal Caro, cuya ciudad capital es Pichilemu.
Club de surf “Pichilemu”
En 1997 los surfistas locales se organizaron en torno al Club de Surf “Pichilemu”, el que reune casi a medio centenar de jóvenes. Ellos son quienes han estado organizando los posteriores torneos y donde han ido ganando experiencia y mejorando su organización.
Este club se fue consolidando y contó con una sede, Escuela de Surf y Tienda, en un recinto municipal que fue entregado en comodato, en el mismo lugar –donde años antes- había funcionado “El Rincón”. Ellos han etado permanentemente enseñando a los niños de los colegios, como también, dando clases particulares.
Otro de los clubes es el Club de Surf “Infiernillo”, el Club de Surf “Hee Nalu” y el Club de Surf “Punta de Lobos”.
En nuestra Sexta Región, aparte de los clubes existentes en la comuna de Pichilemu; en Navidad, más precisamente en Puertecillo, se ha organizado el Club de Surf “Puertecillo” con fanáticos de la ola del lugar, donde incluso algunos han adquirido terrenos y construido cabañas para pernoctar en sus incursiones.
En tanto, en el resto del país, el desarrollo del surf ha ido creciendo con la creación de diversos clubes, desde la Primera a la Octava Región, por ahora.
Más al sur, aunque se ha explorado la costa en busca de olas, no estamos informado de otros lugares donde se practique el surf, no por falta de olas, sino lo más probable, por la frialdad de las aguas.
(Fuente: pichilemunews.cl)